viernes, 27 de noviembre de 2009

EL PAPEL DE UN/UNA GUÍA MONTESSORI

María Montessori se refería a un maestro como un orientador que era el vínculo dinámico entre el niño y el ambiente. De esta forma enfatizaba la función del guía, que era la preparación del ambiente, la observación y enseñarles a los niños el correcto uso de los materiales, dándoles las lecciones correspondientes. De esta manera, ayuda a los niños a enseñar, construir y perfeccionarse por sí solos.

La función de todo guía Montessori depende de su habilidad de observación a los niños, pues debe operar siempre de manera indirecta mediante ejemplos y sugerencias ocasionales.

Un guía debe adquirir conocimiento del desarrollo y crecimiento humano, pues debe estar bien informado acerca de la enseñanza y aprendizaje. Un buen guía a lo largo de toda su profesión nunca deja de aprender y crecer. Por otro lado, el/la guía debe conocer la naturaleza y objetivo de cada material de trabajo para los niños, ya que luego a través de la observación a los niños, el/ la guía sabe cuál es el momento ideal para darle la presentación de algún material a los niños. El educador o educadora debe ser una persona en crecimiento, teniendo en cuenta un crecimiento realista de sí mismo/a y ser capaz de reflexionar objetivamente sobre sus propias capacidades y comportamiento, esto incluye el adiestramiento del carácter, que es una preparación del espíritu dividido en tres aspectos:

1. Dan interés por la humanidad.

2. Ver a los niños como individuos únicos, diferentes unos a otros.

3. Tener fe en que el niño se revelará.

Todo guía Montessori es un papel sumamente importante para la motivación de los niños, pues dirige a los niños en el camino adecuado y estimula su interés en actividades y materiales que puedan satisfacer sus necesidades y sensibilidades.

La preparación de un/una guía Montessori requiere una buena habilidad de observación acertada, sin prejuicios. También involucra una actitud de humildad y respeto hacia el niño con respecto a las observaciones, en general las barreras que pueden impedir una buena relación entre el niño y la guía son el orgullo y el enojo.

La/el guía debe exhibir el mismo comportamiento que desea y espera de otros, ya que al ser un adulto, en muchos casos es un ejemplo para los niños.

Muchos dicen que en el método Montessori se requiere muy poco del maestro ya que no siempre debe interferir en el trabajo del niño, dejándolos en sus propias actividades. No es que el/la guía Montessori sea inactivo/a, mientras los profesores tradicionales son activos, sino que las actividades que realizan los alumnos independientemente se deben a la preparación que les ha dado el/la guía, de esta forma, su inactividad posterior es señal de su éxito.

En un aula Montessori el/la guía no tiene un escritorio donde siempre deba estar, ni ninguna otra cosa que la sitúe en el papel de “capitán del barco”, pues está en movimiento constantemente, puede estar sentada en un tapete o en una mesa para niños, o estar parada. El movimiento que ejerce todo guía es de manera silenciosa y estando siempre alerta a los actos y necesidades de todos.

El maestro Montessori debe tener la habilidad de permanecer en silencio y estando pasivo, anulando su propia personalidad para que el espíritu del niño pueda expresarse libremente. Esto se realiza sin instrucción, amenaza, premios, ni castigos.

MATERIAL MONTESSORI



Para que cada niño pueda realizar alguna actividad, antes la guía Montessori debe observar su trabajo diario y buscar el momento en el que el niño esté lo suficientemente preparado como para recibir la lección de algún material Montessori.


Los materiales están basados básicamente en la personalidad activa de todo niño, que se desenvuelve por medio de una serie de reacciones provocadas por estímulos sistemáticos que han sido determinados por hechos ya experimentados.


Además de la belleza de estos materiales y la formación que efectúan en el niño, éstas son herramientas de manipulación para el niño, no auxiliares didácticos para la maestra.


En la metodología Montessori uno de los principales objetivos es que el niño pueda desarrollar su potencial, tomando sus propias decisiones acerca de lo que realmente le interesa, por ello, existe gran cantidad de materiales para que el niño opte por el que está más interesado, y es así que la guía Montessori debe tener mucha fe en lo que ejercerá el niño.


Aspectos importantes del ambiente del Método Montessori

  • Un ambiente sin competencia:

En el aula Montessori no existe la competencia, pues cada niño trabaja de acuerdo a su nivel y ritmo, e individualmente con su material. El niño hace relación sólo con su trabajo realizado anteriormente, y su progreso no se compara con otros niños.

María Montessori pensaba que la competencia en la educación se debería introducir sólo después de que el niño ya tuviera confianza en el uso de conocimientos básicos.

Montessori escribió: “Nunca hay que dejar que el niño se arriesgue a fracasar hasta que tenga una oportunidad razonable de triunfar." *

  • Edades Mezcladas:

El aula Montessori les ofrece a los niños la oportunidad de escoger entre una gran variedad de materiales graduados, es decir, los materiales presentan distintos niveles de dificultad mientras se va avanzando en sus presentaciones.

El niño aprende conforme su interés lo vaya llevando de un nivel de dificultad a otro. El hecho de tener edades mezcladas en un mismo salón, permite que los niños más pequeños tengan una serie de modelos graduados a imitar, y que los niños mayores tengan la oportunidad de reforzar sus propios conocimientos ayudando a los menores.


* WOLF, Aline, Una guía para padres al aula Montessori, p. 9

Método Montessori: LIBERTAD Y VOLUNTAD

  • Libertad:

Es un elemento esencial en un medio ambiente Montessori, por dos principales razones: en primer lugar, solo en una atmósfera de libertad, el niño se podrá revelar. Como el deber del educador es identificar el desarrollo infantil, contribuyendo a éste, se debe tener la oportunidad de observarlo en un medio ambiente que en la medida de lo posible sea libre y abierto. En segundo lugar, si el niño tiene dentro de sí el patrón para su propio desarrollo, se debe permitir que esta guía interna dirija el crecimiento del niño.

Según María Montessori, a todo niño que se le da libertad, está a merced de sus desviaciones y no al mando de su propia voluntad. También cree que la libertad de los niños depende del desarrollo de la construcción previa de su personalidad, involucrando su independencia, voluntad y disciplina interna.

  • Voluntad:

Es una etapa donde el niño comienza espontáneamente a elegir la autodisciplina como una forma de vida. Los niños hacen su propia elección de material, para lograr su propia liberación como persona. Es un estado caracterizado por la actividad, siendo un punto de partida.

En este periodo el niño hace uso creativo de sus capacidades, aceptando la responsabilidad de sus propios actos y sujetándose a los límites de la realidad.

La formación interna de la voluntad se desarrolla gradualmente a través de la adaptación a los límites de una tarea elegida.

Método Montessori: LA REALIDAD

Todo niño debe tener la oportunidad de ser objetivo con respecto a los límites de la naturaleza, viviendo la realidad para que se pueda liberar de sus ilusiones y fantasías, ya sean físicas o psicológicas. De esta manera podrá desarrollar la autodisciplina y seguridad que necesita para explorar todo lo que lo rodea (mundo externo e interno), para convertirse en un buen observador y para valorar la vida.

Los materiales son reales (vasos, plata para pulir, etc.), y el ambiente está diseñado para el tamaño de los niños.

Al hablar de realidad, también se educa con el verdadero mundo, donde no todos pueden poseer lo mismo a la vez, por ello sólo hay una pieza de cada tipo de material en el aula Montessori. El niño al no tener otra alternativa, debe esperar su turno o buscar otro material, entendiendo que debe respetar el trabajo de los demás porque es una realidad con la que se encontrará en su experiencia cotidiana.

La doctora Montessori recalcó la importancia del contacto con la naturaleza para el niño en proceso de desarrollo (inicialmente cuidando plantas y animales).

La realidad es un punto muy importante que trata el método Montessori, ya que todo niño debe tener siempre presente que en un futuro se desempeñará por sí solo.

La imaginación y Fantasía de los niños

María Montessori realizó una distinción de suma importancia entre la imaginación y la fantasía. Mientras que la imaginación es una expresión creativa basada en los principios dela realidad, la fantasía es una diversión sin propósito alguno, ocasionando una desviación poco saludable de la normalidad para el niño. Esta distinción constituía una importante diferencia entre el Método Montessori y otra clase de métodos modernos que fomentan la fantasía y el fingimiento como actividades saludables y normales.

En un aula Montessori, la imaginación se fomenta mediante exploraciones de la realidad con los materiales Montessori y la manipulación creadora de éstos.

En este método se provee de oportunidades amplias para la experimentación con los materiales pertinentes, lo que se puede considerar que conforma una forma saludable de estimular los sentidos y una forma útil de fomentar la expresión de la imaginación.

La Dra. Montessori afirmó que los niños Normalizados no preferían jugar cuando había disponibles otras alternativas en el ambiente, ya que en el aula Montessori hay gran variedad de materiales.

No obstante, los niños en un salón de clases Montessori no están controlados como para que la fantasía y el fingimiento sean considerados como violación de las reglas básicas. Por ende, generalmente se trata de apartar a los niños de la fantasía indirectamente, haciendo que se interesen gradualmente en las actividades de la vida real que se les proporciona.

Disciplina, Orden y Obediencia de los niños en el Método Montessori



María Montessori observó que los niños, a través del proceso de Normalización, adquirían una paz interior y un orden que se reflejaba exteriormente en la auto-disciplina y la obediencia a las reglas implantadas en un salón de clases en que éstos participaban.


Mientras la normalización va tomando lugar en un niño, la rudeza y otras desviaciones antisociables semejantes van desapareciendo y van siendo reemplazadas por un orden social que funciona realmente sin que el control y las correcciones del adulto dirigente sean necesarias. Por ello, la Dra. Montessori nunca igualó el buen comportamiento con el silencio y la inmovilidad. Siempre señaló que la auto-disciplina debe ser adquirida por ellos mismos.


Montessori descubrió que los niños tenían un impulso natural para trabajar juntos, con cooperación y mucha armonía, sin necesidad o interés de recompensas y castigos. Una vez libres de las influencias perjudiciales del ambiente, éstos operaban de una forma ordenada y disciplinada.