- Libertad:
Es un elemento esencial en un medio ambiente Montessori, por dos principales razones: en primer lugar, solo en una atmósfera de libertad, el niño se podrá revelar. Como el deber del educador es identificar el desarrollo infantil, contribuyendo a éste, se debe tener la oportunidad de observarlo en un medio ambiente que en la medida de lo posible sea libre y abierto. En segundo lugar, si el niño tiene dentro de sí el patrón para su propio desarrollo, se debe permitir que esta guía interna dirija el crecimiento del niño.
Según María Montessori, a todo niño que se le da libertad, está a merced de sus desviaciones y no al mando de su propia voluntad. También cree que la libertad de los niños depende del desarrollo de la construcción previa de su personalidad, involucrando su independencia, voluntad y disciplina interna.
- Voluntad:
Es una etapa donde el niño comienza espontáneamente a elegir la autodisciplina como una forma de vida. Los niños hacen su propia elección de material, para lograr su propia liberación como persona. Es un estado caracterizado por la actividad, siendo un punto de partida.
En este periodo el niño hace uso creativo de sus capacidades, aceptando la responsabilidad de sus propios actos y sujetándose a los límites de la realidad.
La formación interna de la voluntad se desarrolla gradualmente a través de la adaptación a los límites de una tarea elegida.
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