Todo niño debe tener la oportunidad de ser objetivo con respecto a los límites de la naturaleza, viviendo la realidad para que se pueda liberar de sus ilusiones y fantasías, ya sean físicas o psicológicas. De esta manera podrá desarrollar la autodisciplina y seguridad que necesita para explorar todo lo que lo rodea (mundo externo e interno), para convertirse en un buen observador y para valorar la vida.
Los materiales son reales (vasos, plata para pulir, etc.), y el ambiente está diseñado para el tamaño de los niños.
Al hablar de realidad, también se educa con el verdadero mundo, donde no todos pueden poseer lo mismo a la vez, por ello sólo hay una pieza de cada tipo de material en el aula Montessori. El niño al no tener otra alternativa, debe esperar su turno o buscar otro material, entendiendo que debe respetar el trabajo de los demás porque es una realidad con la que se encontrará en su experiencia cotidiana.
La doctora Montessori recalcó la importancia del contacto con la naturaleza para el niño en proceso de desarrollo (inicialmente cuidando plantas y animales).
La realidad es un punto muy importante que trata el método Montessori, ya que todo niño debe tener siempre presente que en un futuro se desempeñará por sí solo.
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